domingo, 20 de junio de 2010

20 consejos para aumentar de peso

La mayoría de las veces, en nutrición clínica nos encontramos casos de personas que han sobrepasado (algunos con creces) el umbral del peso saludable y desean recuperar la silueta perdida o nunca encontrada. Pero en otras ocasiones nos encontramos con el caso contrario: sujetos con bajo peso y con pocas probabilidades de engordar que se esfuerzan a diario para lograr la normalidad en el IMC (entre 20 y 25, otro día os lo explicaré).



Si este es vuestro caso voy a dar unas pautas para intentar conseguir que un paciente suba de peso de forma saludable y duradera:

1. Ponerse en manos de un profesional: así como si nos duele el estómago vamos al médico o si el se nos avería el coche vamos al mecánico, siempre que queramos hacer variaciones en nuestro peso habitual deberemos ponernos en manos de un especialista de la nutrición (a ser posible que tenga titulación universitaria relacionada y experiencia en el tema). En caso de que acudáis a una franquicia como las que a todos se nos vienen a la cabeza, exigid la titulación del profesional y sus credenciales.
2. Huid de dietas basadas a priori en la toma de suplementos energéticos, batidos proteicos, infusiones y un largo, etc. esto os ayudará bastante a diferenciar a los profesionales de los intrusos. Siempre, y repito, siempre se intentará conseguir el peso deseado mediante dieta, modificación de hábitos alimenticios y ejercicio físico. En última instancia, cuando mediante las tres fórmulas anteriormente mencionadas veamos que el paciente ni se inmuta se recetarán soluciones naturales para complementar todo lo anterior. Estas soluciones naturales se caracterizan por su inocuidad y por su consumo durante un breve periodo de tiempo.
3. Hacer un recordatorio 24 horas durante 3 o 4 días o una encuesta de frecuencia para hacernos una idea de la ingesta. Esto se hace con dos objetivos: no modificar demasiado los hábitos alimentarios y detectar rápidamente los errores que comete el paciente en la alimentación.
4. Preguntar acerca del historial sanitario del paciente (enfermedades crónicas, transtornos del comportamiento alimentario, etc.).
5. Averiguar la causa REAL que incita al paciente a incrementar su peso. En caso de que este motivo esté injustificado (por modas, entrar en un vestido, etc.) intentar desestimarlo o procurar llegar a un acuerdo intermedio. Si el paciente ha sufrido con anterioridad trastornos del comportamiento alimentario contemplar la posibilidad de recaída si aumenta unos kilos (por muy convencido que lo veamos en ese momento de querer ganarlos).
6. Marcar objetivos REALES y el plazo de tiempo en el que se van a cumplir. De esta forma como pacientes evitamos hacernos ideas preconcebidas que luego nunca coinciden con la realidad y como profesionales vemos la evolución y la adherencia del paciente a los objetivos marcados.
7. Aumentar el número de ingestas diarias disminuyendo de esta forma los periodos de ayuno. Si estas ingestas poseen la energía necesaria podremos evitar la lipólisis.
8. No prohibir ningún alimento salvo que por otras causas o enfermedades se crea necesario.
9. Fomentar la apetencia por los alimentos explorando con nuevas recetas culinarias, aromas y sabores.
10. Aumentar la ingesta de agua del paciente aunque ésta nunca se consumirá en las comidas (para evitar así la indigestión). Al comer más, el paciente necesitará más agua para desarrollar las funciones metabólicas aunque ésta no superará nunca los 3 litros diarios.
11. Marcar un horario de comidas y seguirlo estrictamente.
12. Crear en la comida un ambiente distendido lejos de distracciones como la televisión o la radio.
13. Masticar de forma lenta y pausada, intentar que la comida dure más de 20 minutos.
14. Comer sentados, ya que de esta manera se mentaliza el paciente de que está comiendo.
15. Invitar al paciente a hacer actividades relajantes (pasear, jugar con la mascota, masajes, tai-chi, etc.) que descarguen la tensión ya que muchos de los sujetos con bajo peso no lo incrementan debido al estrés que sufren a diario.
16. Favorecer la realización de actividades físicas, sobre todo en agua o al aire libre ya que éstas abren el apetito.
17. En función de los hábitos aumentaremos unos macronutrientes en detrimento de otros para ajustarlos a las proporciones saludables.
18. Practicar lo que se denomina "picoteo calórico" que consiste en la ingesta de pequeñas porciones de alimentos calóricos tales como frutos secos, yogures enteros, etc.
19. Aderezar de forma controlada las comidas con salsas y aditivos como la mayonesa, salsa rosa, miel o mantequilla.
20. Recurrir siempre a la comida casera y huir de precocinados ya que aunque éstos sean más calóricos la calidad de la grasa no es la ideal creando una descompesación en la dieta.

¡Mucho ánimo que se puede conseguir!

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