lunes, 13 de mayo de 2013

Qué hacer cuando perdemos peso y no sabemos el por qué

Hay ocasiones en las que ciertas personas (sobre todo aquellas más nerviosas e inquietas) comienzan a perder peso sin un motivo aparente. Esto, en personas obesas, no tendría mayor inconveniente, el problema es que también se da en pacientes normopeso, es decir, aquellos que se encuentran en su peso ideal y ahí, si tenemos un problema.

Os propongo este decálogo para tratarlo y mejorar la situación en estos casos:

  1. Averigua la causa que está haciendo que pierdas peso, ya sea física o psíquica. En caso de ser física (como una enfermedad) tratarla y en caso de ser psíquica (estrés, preocupaciones, pérdida de un ser querido...) procurar encontrar una vía de escape para conseguir alinear de nuevo cuerpo con mente. No dudes en hablar del problema con alguien de confianza o con un profesional, la mayoría de las veces, al ver las cosas desde otro punto de vista dejamos de magnificar nuestros problemas.
  2. Aumenta el número de ingestas diarias aunque estas siempre deberán ser pequeñas y variadas. De esta forma nunca llegaremos a sentir esa sensación de pesadez completa.
  3. Es un error muy común cuando padecemos este problema ingerir una mayor cantidad de azúcares, dulces y grasas. El problema de esto, además de perjudicar seriamente nuestra salud, es que estos productos llenan mucho, aportan pocos nutrientes y en estómagos delicados se hace muy cuesta arriba hacer la digestión, empeorando a la larga nuestra situación.
  4. Intenta estimular los sentidos a través de las comidas: usar especias, emplear nuevas técnicas culinarias, hacer nuevas recetas... comer no es solo una necesidad básica, también es un placer y como tal debemos cuidarlo y valorarlo.
  5. Realiza actividades relajantes (caminar, jugar con los hijos, leer...) que descarguen las
    tensiones.
  6. Favorece la realización de actividades físicas, sobre todo al agua o al aire libre, ya que éstas abren el apetito. Además, tal y como vimos en Comer felicidad el deporte hará que liberemos endorfinas y nos sintamos mejor.
  7. Sustituye los productos desnatados o light por sus versiones normales. Sabéis que odio los light porque no los considero comida pero en estos casos se hace necesario volver a las versiones habituales de yogures, leche, quesos... ya que aparte de aportar un contenido mayor en calorías también nos dan más minerales y vitaminas, sobre todo las liposolubles (A, D, E...) que siempre se pierden al eliminar la grasa.
  8. Desayuna bien. El desayuno es la comida más importante del día, eso no es nuevo, pero empezar el día desayunando bien hará que nuestro metabolismo se active y se equilibre, regulando de esta forma todas nuestras hormonas y reequilibrando nuestro sistema.
  9. Asegúrate de dormir y descansar bien. Cuando el sueño se altera todo nuestro organismo se pone en alerta, cambiando de esta forma nuestras hormonas y haciendo que los que suelen tener ansiedad por la comida estén más ansiosos y para los que la comida es un problema estén más inapetentes.
  10. No te peses. Aléjate de la báscula, ya tienes bastante estrés, no lo incrementes pesándote a diario y viendo que has bajado 100 gramos con respecto al día anterior. Eso te creará ansiedad y esa ansiedad hará que sigas adelgazando en contra de tu voluntad.

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