No veo mucho la televisión, lo reconozco, y mucho menos telebasura. Por regla general, los programas que me interesan suelo verlos en diferido online, así ahorro tiempo, me organizo como quiero y me ahorro la tortura publicitaria. Pero hay una excepción: "Man vs food", o la nefasta traducción "Crónicas carnívoras". Es un programa tan sumamente malo que no me apetece nunca verlo por internet pero, a la vez tan adictivo que, si ando por casa a esas horas que lo emiten no puedo resistir la tentación de ponerlo.
Adam es el rollizo presentador (el cual cada temporada aparece más cebado que la anterior) que en cada capítulo recorre una ciudad estadounidense y se deleita (caras de placer y gemidos incluidos) con la gastronomía local. Todos los programas poseen la misma estructura: viaje a la ciudad en cuestión, paseo por los locales de comida más famosos de la zona (principalmente fast food) donde se dedica a catar las diversas especialidades de cada casa y, por último, dentro de esa ciudad le ofrecen un reto gastronómico.