viernes, 26 de julio de 2013

Man vs food

No veo mucho la televisión, lo reconozco, y mucho menos telebasura. Por regla general, los programas que me interesan suelo verlos en diferido online, así ahorro tiempo, me organizo como quiero y me ahorro la tortura publicitaria. Pero hay una excepción: "Man vs food", o la nefasta traducción "Crónicas carnívoras". Es un programa tan sumamente malo que no me apetece nunca verlo por internet pero, a la vez tan adictivo que, si ando por casa a esas horas que lo emiten no puedo resistir la tentación de ponerlo.

Adam es el rollizo presentador (el cual cada temporada aparece más cebado que la anterior) que en cada capítulo recorre una ciudad estadounidense y se deleita (caras de placer y gemidos incluidos) con la gastronomía local. Todos los programas poseen la misma estructura: viaje a la ciudad en cuestión, paseo por los locales de comida más famosos de la zona (principalmente fast food) donde se dedica a catar las diversas especialidades de cada casa y, por último, dentro de esa ciudad le ofrecen un reto gastronómico.

Y es el reto lo que engancha. En él debe someterse a las normas del restaurante, que por regla general suelen ser comerse una cantidad de comida suficiente para alimentar a unas 10 personas con hambre en un tiempo determinado y, si aparte de la comida que constituye el reto necesitas algo para pasarla (tipo pan, patatas fritas, bacon...) o bebida (la que desees), pues también te la ponen, que aquí no hay miserias.

He visto varios retos y la verdad es que siempre consisten en el máximo exponente de algo en cuestión, generalmente barbaridades: la mayor cantidad de carne, la salchicha más grande, la pizza más enorme, fritatas gigantes, la comida más picante y, como no, la visita al famoso "Heart attack grill" en el capítulo de Arizona para ingerir una de sus famosas hamburguesas gigantes.

Durante el reto, que puede ser en grupo o en solitario, Adam tiene un numeroso público a su alrededor que le vitorea y aplaude como si de un héroe se tratase. Y después, rueda de prensa con toalla incluida, imagino que por la cantidad de electrolitos perdidos durante la batalla. Muy americano todo.

Entre mis capítulos favoritos destaco dos: 
  • Cuando va a Durham y tiene que competir en una especie de duathlon en los que combina en equipo comidas copiosas con relevos en bicicleta y carreras. Con lesión (totalmente lógica ) de Adam incluida.


  • Y como gran amante del helado, el desafío de San Francisco: el fregadero de la cocina, que consiste en 7'5 litros de helado más la guarnición de frutos secos, trocitos de fruta variados y chocolate. Me sube el azúcar solamente de verlo =)


Algunas veces gana Adam y otras veces vence la comida, aunque mi opinión es que Adam siempre pierde. Enfrentándose a este tipo de retos de forma continuada aumenta exponencialmente su riesgo de enfermedades coronarias, accidente cardiovascular, hipercolesterolemia, diabetes, hipertensión, sobrepeso, obesidad, apnea y muerte prematura. Espero que alguien le haya advertido de las contraindicaciones de su trabajo o que, al menos, le abonen un plus de peligrosidad por el desempeño del mismo.

Si alguna vez os apetece verlo lo emiten en "Nitro" de lunes a viernes sobre las 17'30. Su nutricionista les recuerda que la dosis máxima recomendada de comida basura es una vez por semana y les advierte que la visualización de este tipo de programas provoca unas enormes ganas de tomar fast food. No apto para estómagos sensibles. 

Use with causing ;)

1 comentario:

  1. Este programa es la perversión máxima del sistema neoliberal. Afortunadamente no me afecta lo más mínimo. Atrás quedaron los días en que cenaba media barra de pan con dos maxisalchichas, mostaza mas ketchup, dos boles de palomitas, leche, dos piezas de bollería, etc. Si amigo, era adicto a la comida rápida y a la mostaza. Llegué a pesar 98 kilos y pensaba que la báscula estaba estropeada. Dado que mi constitución es delgada, estar rollizo no me favorecía, me dolían los pies al caminar, tenia digestiones pesadas, me dolia la espalda, etc. Simplemente la receta es sustituir la cesta de la compra de salchichas, palomitas, bollerias, galletas, coca colas por pan integral, queso, cocina a la plancha, las carnes solo una vez a la semana y running unos 6 km en domingos y perder 11 kilos en un año. Ahora bien el presentador parece de constitucion ancha y posiblemente tolere mejor la comida de goma esa.

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